Por Norma Estela Ferreyra
El poder mundial, que no es nuevo, sino que
siempre fue el mismo, necesita que la gente no piense, no se conecte con otros,
no dialogue con el semejante, más allá ni más profundamente, que en chat bobo y
malicioso. Que tampoco lea libros, sino que se entretenga con una televisión de
programas bobos, donde nadie se entere de qué está pasando en la calle que
cruza la esquina.
Así se le oculta información a los ciudadanos, o
se los satura de información según la conveniencia de los Poderosos. En el
primer caso, las personas creen que todo está perfecto y en el segundo se
acostumbran a las malas noticias sobre el mismo tema y dejan de tenerlas en
cuenta. Es decir, tantas cosas pasan en Palestina, en Siria, en Yemen, etc.,
que por fuerza del hartazgo, eso opera dejando de lado el interés sobre el
asunto. Y llega el momento en que nadie se asombra, ni quiere saber del tema,
porque es una guerra sin final.
Hay muchos periodistas que ya escribieron sobre
la manera en que opera esta suerte de
hipnosis que insensibiliza y aísla a la gente, que sólo piensa en sí mismo, o
sea, en cambiar el auto, en las vacaciones, etc. O sea, el materialismo
absoluto y relajado, donde no hay que pensar en muchas cosas. Porque todo está
en la TV o en las redes sociales. Somos esclavos, pero felices. Ni tenemos que
caminar, porque pagamos y compramos todo desde el ordenador y conversamos sobre
lo que nos gusta con desconocidos, donde dejamos las huellas sobre nuestros
gustos. Y luego, fabrican objetos para vendernos, usando esos datos. Nos espían como quieren y saben más de
nosotros que nosotros mismos.
Noam
Chomsky elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de
los medios, que es bueno conocer aunque fuere a grandes rasgos, para lo cual,
las sinteticé:
La
estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de
los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y
económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones
y de informaciones insignificantes. Eso es para impedir al público interesarse
por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, etc. Y
lejos de los verdaderos problemas sociales, Mantener al público ocupado, sin
ningún tiempo para pensar. (Eso está en marcha en Latinoamérica)
Crear
problemas y después ofrecer soluciones. O sea: “problema-reacción-solución Por
ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u
organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de
leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear
una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de
los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos. (Esto me
suena en la Argentina de hoy)
La
estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable,
basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa
manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo)
fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo,
privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya
no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una
revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
La
estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es
la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación
pública, en el momento, para una aplicación futura. El público, tiene siempre
la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el
sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo para acostumbrarse a
la idea del cambio y de aceptarla con resignación.
Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la
publicidad dirigida como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un
deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se
tiende a adoptar un tono infantilizante.
Utilizar el aspecto emocional mucho más que
la reflexión. Esto es para causar un corto circuito en el análisis racional, y
crítico de los individuos. Permite abrir la puerta de acceso al inconsciente
para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o
inducir comportamientos…
Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el
público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para
su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases
sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible
Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al
público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…
Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es él el
culpable por su propia desgracia, por la insuficiencia de su inteligencia, de
sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el
sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un
estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin
acción, no hay revolución!
Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el
transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han
generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos
poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la, el “sistema”
biología, la neurobiología y la psicología aplicada ha disfrutado de un
conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como
psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de
lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que ejerce un control mayor
sobre los individuos.
Se recomienda lectura completa y más fundada en:
https://historiaignoradadelahumanidad.wordpress.com/2013/01/15/armas-silenciosas-para-guerras-tranquilas-noam-chomsky/
normaef10@hotmail.com
Publicación Barómetro 29-02-16