Por Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos
(AEDD) / Resumen Latinoamericano/ 9 de enero 2017 .-
Con estas palabras amenazó un funcionario de la Secretaría
de DDHH de la Nación a los empleados que participaron en la fiesta de fin de
año del 2016 que se “celebró” en la ESMA.
El exabrupto fue la respuesta a la publicación
en las redes sociales de una filmación tomada con un teléfono celular, que mostró
los efectos “etílicos” que produjo la celebración sobre los funcionarios
de dicha Secretaría, que hasta se animaron a bailar sobre las mesas.
Finalmente la amenaza hizo efecto y el video
“desapareció”.
Es sabido y conocido el “fervor” hacia las bebidas
alcohólicas que manifestaron siempre los marinos, forman parte del acervo
histórico de los navegantes, y no para combatir el frío necesariamente, tal
como quedó demostrado en las noches entre el 24 de diciembre y 1°de enero de
1979, cuando el Contralmirante Supisich (Director de la ESMA) se presentó,
visiblemente borracho, en el sótano del Casino de Oficiales y se dirigió a
los/as prisioneros/as y les dijo: “Señoras y señores, felices fiestas”.
Con grilletes en los pies, algunos esposados,
otros todavía encapuchados, vivimos con espanto esa imagen en la que “el señor
de nuestra vida y nuestra muerte” podía tomar una decisión según el dolor de
cabeza que le produjese la ingesta de tanto alcohol.
Hoy, 38 años después, lo que pende sobre la
cabeza de los que participaron de esta nueva “fiesta”, no es el traslado en un
avión para ser arrojado vivo al mar. No, la amenaza de los borrachos, de esta
ocasión, es la pérdida del trabajo.
En aquella oportunidad, varios de los que fueron
“saludados” por Supisich (hoy muerto) fueron finalmente trasladados y nunca se
supo más de ellos.
No les quepan dudas a los “amenazados” de hoy,
que algunos serán despedidos y perderán sus trabajos, otros no.
La historia, si no aprendemos de ella, suele
repetirse, al principio como tragedia y luego como farsa.
Una y otra vez hemos sostenido que los sitios de
memoria deben dar cuenta no solamente de los horrores cometidos por la
dictadura, sino también del proyecto económico y político por el que se llevó
adelante el genocidio, los proyectos políticos que ese genocidio quiso destruir
y los intereses económicos a los que
ese genocidio benefició.
Durante años hemos planteado que la ESMA, Centro
Clandestino de Detención y Exterminio por el que pasaron más de 5000
compañeros, no podía ser utilizado para fiestas, asados y prácticas de murgas. Ese sitio sigue siendo
el lugar donde desaparecieron a nuestros compañeros, y repudiamos cualquier
intento de cambiar el sentido y significados de ese espacio.
Hoy los funcionarios del gobierno que niega el
genocidio, que pretende imponer una vez más la teoría de los dos demonios,
bailan alegres y borrachos en el Centro Clandestino de detención donde miles de
compañeros sufrieron las peores torturas.
Repudiamos este nuevo ataque a la memoria y a la
historia del pueblo argentino.
Exigimos una vez más:
-Se instrumente el inmediato cese de actividades
ajenas a su funcionamiento específico.
-Restitución del Casino de Oficiales y todo el
predio a su condición original tal como fue entregado en 2004 a los gobiernos Nacional y CABA.
-Se integre en forma efectiva e inmediata el
Campo de Deportes al Espacio Para la Memoria ESMA.
-Retiro inmediato de todas las oficinas públicas
.
-Que se separe de su cargo a la máxima autoridad
del organismo que organizó esta “fiesta”: el Secretario de Derechos Humanos de
la Nación, Claudio Avruj.
PORQUE NO PERMITIREMOS QUE SE BANALICE LA
MEMORIA, NI SE PRETENDA EL OLVIDO, NI SE INTENTE LA RECONCILIACIÓN CON LOS
GENOCIDAS, PORQUE EXIGIMOS JUSTICIA
PARA TODOS LOS COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS, DECIMOS COMO SIEMPRE :
Fuente: Resumen Latinoamericano