Esta extraordinaria nota del gran periodista
Ezequiel Fernández Moore (insospechado de peronismo/kirchnerismo) revelaba ya
en mayo de 2005, al aparecer el primer número de la revista Un caño, la
naturaleza de la relación entre Mauricio Macri y Gustavo Arribas. No tiene
desperdicio. Disfrútenla. Y antes, si recién llegan, léanse esta otra nota,
nunca tan bien dicho, de rabiosa actualidad”. Juan Salinas
La doble vida de Mauricio
Por Ezequiel Fernández Moore
“Y en cuanto a la expresión de ‘papelón’ que usó
ese muchacho Mauricio Macri, el papelón es pedirle a los jugadores de fútbol
Bermúdez y Barijho que le den dinero de las transferencias”. Rafael Bielsa fue
directo al hígado. Más que al hígado, al fútbol. Macri lo había criticado horas
antes pero no como presidente de Boca. Desde su rol político, Macri cuestionó
la política del gobierno sobre Malvinas. Pero Bielsa prefirió la pelota. “Si el
presidente me designa candidato a diputado por la Ciudad –siguió el canciller-,
me va a dar un enorme placer exhibir ante toda la ciudadanía la historia no
autorizada de Macri, que vengo recopilando hace varios años para que la
ciudadanía sepa quién es este individuo que usa ligeramente la palabra
‘papelón’”.
César Mascetti, quien lo entrevistaba por Radio
del Plata, no resistió la tentación. Y preguntó de qué se trataba esa
“biografía no autorizada”. Bielsa recordó entonces un debate de hace cinco años
en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas que definió con un nocaut en
el último round. Macri había ido allí para defender su proyecto de convertir a
los clubes de fútbol en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Había aceptado la
invitación creyendo que cada uno se limitaría a exponer su posición. Pero
Bielsa, que además de abogado es escritor y notable orador, aprovechó su verba
para cerrar su exposición con una parrafada que dejó casi mudo al sorprendido
Macri y que, en síntesis, decía que su grupo (el de Macri) se enriqueció
gracias al Estado, que sus autopistas eran las más caras y las de peor servicio
del mundo y que ni siquiera sabía hacer negocio de algo tan sencillo como el
correo. La andanada terminó en la Bombonera: “Usted –le dijo Bielsa a Macri- ha
convertido a Boca en un centro de negocios privados”.
La ley de las SAD fracasó. Pero Boca, según
muchos, terminó funcionando en los hechos casi como si lo fuera. La nueva
embestida del canciller por Radio del Plata, mencionando supuestas
irregularidades en los casos del Patrón Jorge Bermúdez y Antonio Chipi Barijho,
pareció profundizar justamente sobre un tema poco difundido pero que hace cada
vez más ruido en el submundo de la pelota: los negocios de Macri en el fútbol.
Cuando asumió, en diciembre del 95, el discurso
inicial de Macri fue pura austeridad. “Pensé que venía Berlusconi, pero me
encuentro con el cartonero Báez”, llegó a disparar, siempre rápido, Diego
Maradona, y le colgó un apodo inolvidable.
Diego, que jugaba cuando quería, terminó aquel
vínculo con Boca enojado para siempre con Macri. Pero el ingeniero demostró su
pragmatismo cuando, necesitado de resultados, volvió a contratar a Carlos
Bianchi pese a que el Virrey le pidió el doble del dinero ofertado. Ahora, con
el equipo otra vez en crisis, pero ya sin espacio para un Bianchi III, Macri
olvidó viejas reyertas y lanzó al ruedo a Maradona. El de Diego, está claro, es
un nombre ruidoso como ningún otro. Ideal para tapar los nuevos rumores que
comenzaron a circular sobre cómo se realizan ciertos negocios en Boca.
Macri, en rigor, no fue exactamente un
“cartonero” en sus primeros años en Boca. Gastó unos 45 millones de pesos en
casi 40 jugadores y triplicó el pasivo de 22 a 62 millones de pesos.
Pesos-dólares, porque eran tiempos del uno a uno. Macri fue el primer
presidente de la historia de Boca al que le fue rechazado un ejercicio. Y una
auditoría de 200 páginas del estudio de Eduardo Massad denunció un festival de
comisiones e intermediarios. Uno de los datos más insólitos fue la comisión
cobrada por intermediarios uruguayos para que Juan Román Riquelme pasara de
Argentinos a Boca: 220.000 dólares para Milton Viera y Luis Aguerre.
El cartonero Báez, en realidad, fue Bianchi, que
ganó todo con poco. Pero si antes las pérdidas fueron del club, los beneficios
del Boca más exitoso de la historia favorecieron a empresas de accionistas,
balances y siglas desconocidas: Fondos de Inversión, Boca Crece, IESA, ACE,
TSM. Un informe periodístico basado en documentos del propio Boca desnudó hace
dos años esta cara desconocida de la gestión Macri. Pero Macri jamás quiso
contestarlo e incluso amenazó con cerrar la entrevista las veces que, fuera de
micrófono, intentaron hablarle sobre ese artículo.
Lo cierto es que el Boca de Macri, el Boca más
exitoso de la historia, siguió en crónico déficit mensual. Y su último balance
mantiene un pasivo de más de 38 millones de pesos. La venta de algún crack,
está claro, sigue siendo la única posibilidad de salvación. El último fue
Carlos Tevez. Pero ésa es otra historia.
Ocurre que Tevez fue vendido de modo extraño,
después de cambiar de novia y representante, y no al tradicional mercado
europeo. Tevez se fue a Brasil, que jamás había pagado tanto dinero por un
extranjero. Y se fue comprado por lo que ya todos coinciden en denominar “la
mafia rusa”. El primer gran impacto que recibió Macri por esta extraña
operación partió nada menos que de Clarín. El grupo era hasta hace menos de un
año su socio en Boca Crece, la empresa de marketing creada por Macri. El ex
socio recibió ahora una carta documento de Boca tras el informe del periodista
Daniel Santoro sobre la venta de Tevez al Grupo MSI, acusado de lavado de
dinero en Brasil y de vínculos ya evidentes con millonarios empresarios que
están prófugos de Rusia. El propio Boca se encargó de difundir la noticia sobre
la carta documento que envió a Clarín y a Santoro. Fue casi un aviso para el
resto de la prensa.
El artículo que Clarín publicó el domingo 20 de
marzo advertía, entre otras cosas, sobre cómo diferían en las cifras los tres
actores del contrato (Boca 16 millones de dólares, MSI 22,6 millones y
Corinthians 17 millones). Los actores aclararon que otros 2 millones de dólares
de la cuenta final se pagarán a través de un “convenio de intercambio de
juveniles”. Aquí, un paréntesis: ¿habrá investigado ya la DGI cuándo, cómo y
dónde se concreta ese intercambio? Fuentes de Boca cuentan que si se revisara
la real aplicación de esas figuras ya utilizadas en otras numerosas
transferencias (intercambio de juveniles, partidos a futuro, etc.) el club
podría llegar a sufrir algunos problemas impositivos.
Lo que menos le gustó a Boca fue que Clarín publicara una
fotocopia del contrato que desnudaba que había cobrado 16 millones de dólares
por Tevez en una cuenta del JP Morgan Chase de Nueva York. Una cuenta que ni
siquiera está a nombre del club, sino de una empresa inversionista del Royal
Bank de Canadá. El pase de Tevez, se sabe, fue una negociación entre equipos de
Argentina y Brasil. Pero sus dineros llegaron desde un paraíso fiscal y se
depositaron en Nueva York. Y sus actores, tanto en el pago como también en el
cobro, no fueron clubes, sino firmas inversoras. Todo olió tan raro que el
Banco Central de Argentina decidió tras el pase de Tevez que, de ahora en más,
los clubes de fútbol deberán liquidar en el país los millonarios ingresos por
ventas de jugadores, justamente para impedir evasión de impuestos o maniobras ilegales
con divisas.
En aquella investigación de Clarín, Macri, casi
como si él no los conociera, dijo que los intermediarios argentinos que
actuaron en la operación, Gustavo Arribas y Fernando Hidalgo, “vinieron con un
agente inglés representando a MSI y Corinthians”.
Arribas, se sabe, es en realidad un viejo
conocido de Macri, su escribano y, además, compañero de equipo en la quinta
familiar. Hidalgo, a su vez, profundizó sus vínculos con las operaciones de
Boca desde su conflictiva ruptura con Gustavo Mascardi, el ex hombre llave de
cualquier venta a Italia, donde alguna de sus operaciones están hoy bajo
investigación judicial. Especialmente tras las quiebras de Cirio y Parmalat,
los holdings que bancaban a Lazio y Parma, clubes a los que Mascardi vendió
infinidad de jugadores.
Roberto Digón, quien fue vicepresidente de Macri
durante ocho años, no sabe de sutilezas, “Arribas e Hidalgo –afirma- son
testaferros de Macri”. En realidad, lo viene diciendo desde hace unos meses,
pero Macri no le envió aún a él una carta documento como las que sí mando para
Clarín y Santoro. Tampoco se la envió al Patrón Bermúdez, que desde su Armenia
natal acusó a Macri de haber exigido 2 millones de dólares extras, arruinándole
así una transferencia al Barcelona de España. “Es un mentiroso que, además de
tener todo el dinero del mundo, quiere quedarse con el dinero de los
jugadores”, disparó Bermúdez, crítico con la dirigencia de Boca: “En cada
transferencia –atacó el colombiano- querían llevarse una moneda al bolsillo”.
¿Y por qué no lo dijo antes?, fue la única respuesta de Boca.
El canciller Bielsa, en su entrevista en Del
Plata, tomó la denuncia de Bermúdez y dijo que Macri no podía responderle esta
vez con sus habituales argumentos defensivos: “Jamás podría decirse que el
Patrón tiene intenciones políticas para gobernar en la Ciudad de Buenos Aires”,
ironizó Bielsa.
El que sigue ahora es Digón: “Al principio,
Mauricio estaba extasiado con Mascardi, iba a Europa con él, hizo un
aprendizaje. Y después dijo, ‘para qué vamos a utilizar a Mascardi, a (Marcos)
Franchi, si esto lo puedo hacer yo con amigos’. Hidalgo era la mano derecha de
Mascardi y se quedó con los principales jugadores. Ahora tiene oficinas de
cerca de un millón de dólares y eso no se consigue de la noche a la mañana.
Arribas vino en el 97 a Boca como amigo personal del presidente, siempre se
movió con él, era un simple escribano y ahora es un hombre que se ha hecho
millonario en pocos años y aparece siempre en las transferencias de los jugadores
de Boca. Ahí muy claramente han hecho alguna sociedad que vive lucrando con
Boca y otros jugadores de otros equipos”.
¿Jugadores de otros equipos? Para Digón, la
supuesta sociedad de Macri-Arribas-Hidalgo se benefició también con ventas de
los jugadores de River a Rusia, como los casos de Fernando Cavenaghi y el
Malevo Ferreyra. “En el mundo del fútbol –según Digón-, se habla de que Arribas
e Hidalgo tenían parte en estos jugadores, ambos son testaferros de Macri y
aparecen también en estas transferencias a Rusia”. El capítulo Rusia, dice
Digón, agrega otro nombre clave: Ernesto Petrini. “Es una persona que hace rato
aparece llevando jugadores a Rusia, lo presentó Macri, lo trae Macri, se mueve
con Macri y tiene una gran relación con la mafia rusa que surgió tras la caída
del comunismo. Unos se quedaron con petróleo, otros con armas y algunos se
dedicaron a lavar dinero”.
Aquella investigación de Clarín contó también
que las comisiones del pase de Tevez estuvieron a cargo de una tal HAZ Football
World Wide Limited, con sede legal en Gibraltar. HAZ Sport Agency SA es a su
vez una empresa argentina que tiene como dueños a Hidalgo y Arribas, es decir
HA. ¿Y la Z? Corresponde a Pinhas Zahavi, agente de FIFA israelí que vive en
Inglaterra. ¿El inglés mencionado por Macri en la transferencia de Tevez?
Al dato de Clarín se le puede agregar otro no
menos llamativo. ¿Sabe usted para quién compra y vende jugadores el tal Zahavi?
Para el poderoso Chelsea del magnate ruso Roman Abramovich. Se trata del hombre
más rico de Rusia y también de Inglaterra, con una fortuna que Forbes acaba de
estimar en 14.700 millones de dólares. Una riqueza que nació protegida por
Boris Berezovski, el privatizador número uno en la Rusia de Boris Yeltsin.
Tiempos de negocios, negociados, atentados y hasta asesinatos: plena expansión
capitalista pero en tiempos modernos.
Berezovski, “the Godfather of the Kremlin”, como
lo definió en su libro el periodista Paul Klebnikov, tambien asesinado, escapó
de Rusia tras la asunción del nuevo presidente Vladimir Putin. Berezovski,
justamente, es el nombre más mencionado por la prensa de Brasil como el
verdadero dueño de MSI, el grupo gerenciador de Corinthians que pagó 20
millones de dólares por Tevez. Pero a Berezovski no lo describe sólo la prensa.
Dicen los fiscales Jose Reinaldo Guimaraes Carneiro y Roberto Porto, del Grupo
de Actuación Especial de Combate contra el Crimen Organizado (GAECO) en la
denuncia que elevaron ante los tribunales de San Pablo: Berezovski -expresa
textual el dictamen de los fiscales- “recibió dos condenas criminales en
territorio ruso, cada una de ellas de diez años de prisión, por crímenes de
lavado de dinero, fraudes empresariales, remesas irregulares de dinero al
exterior y participación en organizaciones criminales destinadas a la práctica
de fraudes en gran escala”. Y agrega el dictamen más adelante: “Sus operaciones
se concretan con la utilización de diversas ‘offshores’ que tienen como único y
conocido propósito distanciar al inversor y el origen ilícito de los recursos
de su destino final, en este caso, la adquisición y venta de jugadores y
productos en clubes de fútbol”.
Berezovski se presenta como un perseguido
político de Putin en Inglaterra, donde está exiliado desde septiembre de 2003 y
donde los dineros que manejan a los clubes de fútbol tienen orígenes cada vez
más exóticos: Abramovich , gran amigo y socio de Berezovski, en el Chelsea,
Mohamed Al Fayed con el Fulham y ahora el magnate estadounidense Malcom Glazer
nada menos que en el Manchester United. La Premier League no pregunta de dónde
vienes, sino cuánto tienes. La sociedad MSI-Corinthians nació en la mansión
inglesa de Berezovski. No en la de Weybridge, que incluye cancha de golf, sino
en la de Chelsea, muy cercana a la de su protegido Abramovich. Allí fueron
recibidos los dirigentes de Corinthians para decidir primero el gerenciamiento
del MSI y luego el pago record de 20 millones de dólares por Tevez. Pero es
Digón el que aporta un nuevo dato sobre Berezovski: “En enero estuvo en la casa
de los Macri en Punta del Este”. Afirma el ex vice de Mauricio, que seguramente
guarda muchos otros ases en la manga después de trabajar ocho años con él.
Mascardi, HAZ, Fondo de Inversión, filial
europea primero con Badajoz y luego con Villarreal, rumores de vínculos con Blanquiceleste
SA, jugadores de Boca que van y que vuelven (salvo Bermúdez, por supuesto) y,
ahora, mafia rusa. Son demasiados cruces llamativos para el empresario que
había arribado al fútbol con la promesa de adecentar a la pelota. Porque la
pelota, perdón Diego, la pelota sí se mancha.
Fuente: Pájaro Rojo
Fuente: Pájaro Rojo