Carrió presenta un adelanto de su informe a la prensa en agosto de 2001 junto a los diputados Gutiérrez y Vitar.
GONZÁLEZ FRAGA trabajaba para Gaith Pharaon,
banquero narcolavador y traficante de armas sospechado de haber instigado el
atentado de la AMIA cuando Menem lo nombró presidente del Banco Central
Por Juan Salinas. Lo afirmó el informe final (noviembre de 2001)
de la Comisión Investigadora de Operaciones de Lavado de dinero de la Cámara de
Diputados presidida por Elisa Carrió, que consideró que ello lo volvía
“incompatible” para ocupar el cargo, tanto desde un plano ético como desde un
plano jurídico.
Gaith Pharaon era (según la Wikipedia,
habría muerto el pasado 6 de enero) un banquero saudí, presidente del Banco de
Crédito y Comercio Internacional con sedes en Londres, Luxemburgo y Karachi,
Pakistán. En 1982, una década después de ser fundado, el BCCI (sus siglas son
las mismas en inglés y en francés) llegó a ser el 7º banco privado del mundo
por sus activos, de aproximadamente 20.000 millones de dólares. Contaba
entonces con más de 400 sucursales en 78 países. Su debacle comenzó cuando
compró un pequeño banco de los Estados Unidos, y luego otro, y la justicia de
ese país comenzó a investigarlo por blanquear dinero proveniente del tráfico de
armas y drogas (por ejemplo, de Pablo Escobar) y de organizaciones terroristas
(por ejemplo, las encabezadas por Osama bin Laden y Abu Nidal). Su contabilidad
secreta, habría de descubrirse, se encontraba en urdú, el principal idioma
hablado en Pakistán, y en una caja fuerte de su servicio secreto, el ISI
(Inter-Services Intelligence).
Máximo aportante
Gaith Pharaon había comenzado su desembarco en
la Argentina cuando era presidente Raúl Alfonsín, pero el suyo fue -aunque en
secreto- tal como habría de descubrirse luego, el principal aporte económico a
la campaña presidencial de Carlos Menem. Tan pronto el riojano fue Presidente,
de la mano de Alberto Kohan, entonces secretario general de la Presidencia, de
Rodolfo “Ralph” Clutterbuck, CEO de Alpargatas y del Banco Francés (luego
asesinado por la misma banda parapolicial que secuestraría a Mauricio Macri,
hay quienes sospechan que por encargo de Pharaon y/o de sus socios) y del
flamante presidente del Banco Central (BCRA) Javier González Fraga, se puso a
construir a toda velocidad el hotel Hyatt (hoy Four Seasons) y a comprar campos
en Cuyo y el NOA so pretexto de hacer en ellos plantaciones de jojoba, planta
de la que se decía entonces que tenía tantas propiedades que era casi
milagrosa.
El gran periodista Rogelio García Lupo advirtió
ya en 1987 en el semanario El Periodista y seguidamente con su libro El
Paraguay de Stroessner (publicado el 1º de enero de 1989) de la catadura y
andanzas de Pharaon, es decir, de su condición de traficante de armas y blanqueador
de dineros ilícitos. Pharaon le inició un juicio penal que culminó años después
con la absolución del periodista.broli
El BCCI fue cerrado manu militari por la
justicia de los EEUU (y sumultáneamente por la de otros países, incluyendo
Argentina) a mediados de 1991 luego de una investigación de la consultora Price
Waterhouse que descubrió, entre otras cosas, que manejaba cuentas millonarias
del terrorista palestino Abu Nidal, un ex miembro de Al Fatah asociado tanto a
Monzer al Kassar como a Marc Rich un multimillonario judío nacido en Bélgica e
íntimamente ligado al Mossad.
Al Kassar, que era la persona más buscada en
todo el planeta por Interpol estaba clandestinamente en Buenos Aires en marzo
de 1992 cuando se reveló su presencia unos días antes de que la Embajada de
Israel volara por los aires. Ese misma noche hizo una fiesta para sus amigos en
su amplio departamento de la Avenida Libertador. Cuando cinco años después la
DAIA contratara a un equipo de calificados juristas (Andrés D’Alessio, Ricardo
Gil Lavedra, León Arslanian, Raúl Zaffaroni) para analizar la marcha de la ya
paralizada causa AMIA, éstos recomendaron que se investigara como probables
instigadores de la voladura de la mutual judía a Gaith Pharaon y Al Kassar.
Pero esto nunca se hizo y no sólo el juez Juan José Galeano y el fiscal Alberto
Nisman se hicieron los distraídos, sino que tampoco la DAIA jamás lo reclamó.
Incompatibilidad
Luego de que el difunto contador mendocino Luis
Balaguer consiguiera a comienzos de 2001 que el Senado de los EEUU abriera al
público y le diera copia de una ingente masa de documentos sobre blanqueo de
capitales non sanctos, la diputada Elisa Carrió, que lo acompañó en dichas
negociaciones, consiguió que sus pares la nombraran presidenta de la Comisión
Investigadora de Operaciones de Lavado de dinero. Tras meses de estudio de esa
documentación, en noviembre de aquel año infausto, dio a conocer su informe
final, respaldado por su entonces compañera en el ARI Graciela Ocaña, el
demócrata mendocino Gustavo Gutiérrez y al frepasista José Vitar (Cristina
Fernández de Kirchner, Daniel Scioli y otros diputados hicieron sus propios
informes).
En el informe oficial de Carrió (ver una
síntesis aquí) destacó ” la incompatibilidad de algunos funcionarios políticos
de carácter ético y jurídico con decisiones ligadas a inversiones de Gaith
Pharaon en la Argentina” y puso como ejemplo a “González Fraga, que formaba
parte del grupo asesor y mantenía relaciones contractuales con Gaith Pharaon,
cuando asumió como presidente del Banco Central de la República Argentina y
firmó resoluciones vinculadas al programa de capitalización de deuda”.
Y agregó que en la documentación que se anexaba acompañaba
“un cuadro titulado BCCI Argentina 1987-1991 con relación al Hotel Hyatt y
plantaciones de jojoba donde se explicitan tales relaciones”.
Fuente: Pájaro Rojo. Juan Salinas