Por: Proyecto Censurado / Traducción de Ernesto
Carmona / Mapocho Press
Según Kathryn J. Edin y H. Luke Shaefer,
sociólogos y autores del libro $2,00 por día: Viviendo con casi nada en América
($2.00 per Day: Living on Almost Nothing in America), en 2011 más de 1,5
millones de familias de EEUU –incluyendo tres millones de niños– vivián con tan poco como dos dólares diarios
por persona durante varios meses al año. Edin y Shaefer determinaron esto en
base a datos de la Encuesta Ingresos y Programas de Participación (SIPP, sigla
en inglés) de la Oficina del Censo de EE UU, datos de ingresos del Programa
Federal de Ayuda Suplementaría en Alimentación (SNAP), datos adicionales sobre
familias sin viviendas y de su propio trabajo de campo en cuatro sitios de
estudio, que incluyeron Chicago, Cleveland, comunidades rurales de Appalachia y
el delta del Mississippi.
Como escribió Marcus Harrison Green en YES!
Magazine, esta descripción verdadera de la pobreza en EEUU se lee “como una
novela de Dickens”. Como hizo notar Green, los medios de EEUU a menudo descuidan
las experiencias de los pobres que se hallan en estudios “que asustan a
muchos”. (Para conocer información previa de Proyecto Censurado sobre cómo los
medios corporativos descuidan la cobertura de la gente pobre, vea “Millions in
Poverty Get Less Media Coverage Than Billionaires Do”, Historia censurada #9 en
Censurado 2016). Desde familias que dependen del ingreso de una madre por
vender su plasma sanguíneo dos veces por semana, a otras sin nada más que un
cartón de leche estropeada en su refrigerador, Edin y Shaefer documentaron los
hogares de familia que viven “de crisis en crisis”. Una de sus informantes le
dijo a Shaefer que la habían golpeado y violado y “siempre miraba hacia fuera
por la amenaza siguiente”.
Como
Jared Bernstein observó en su informe de septiembre de 2015 en Atlantic, además
de proporcionar una cuenta viva de cómo es vivir en extrema pobreza en este
país, la investigación de Edin y Shaefer también ofrece una crítica política a
las consecuencias relevantes a largo plazo de la iniciativa de reformas de
bienestar de 1996 del Presidente Bill Clinton.
Desde que “en este país se desarrolló la
política anti-pobreza” como “favorable al trabajo” con la consecuencia
profética de que “las políticas públicas no lo ayudarán mucho, en absoluto, si
usted es desconectado del mercado de trabajo”, escribió Berstein.
Edin y Shaefer descubrieron que desde 1996 se ha
doblado el número de familias que viven con menos de dos dólares diarios por
persona. La gente en edad de trabajar estudiada quiso empleos no sólo decentes,
sino estables porque el trabajo es una necesidad económica, pero también porque
entienden el empleo como una fuente de dignidad para ellos y sus familias. Un
“enorme defecto” en la reforma del bienestar es la insistencia sobre el trabajo
sin ningún respeto a la disponibilidad del trabajo”, escribió Bernstein.
Los trabajos conseguidos por miembros de
familias pobres típicamente pagan salarios bajos con horarios inestables y
condiciones laborales inseguras, contradiciendo la suposición constante de la
agenda de la política conservadora de que hay “una fuente amplia de trabajos
perfectamente buenos” que la gente pobre podría obtener si realmente quisiera
trabajar. En su lugar, la pobreza extrema documentada por Edin y Shaefer es
conducida por “el estado del mercado laboral de bajos salarios”, escribió
Shaefer en YES! Magazine. La “gente hace la suposición de que las familias de
bajos ingresos no trabajan o no quieren trabajar”. En el Delta del Mississippi,
describió Shaefer, “el trabajo no sólo es difícil de conseguir, a menudo no
existe”. De otro modo, sin embargo, la norma entre familias con niños que
estudiaron es “un padre que trabaja o recientemente ha trabajado”. Edin y
Shaefer propusieron tres cambios a las políticas sobre pobreza extrema en
Estados Unidos. Primero, la política debe comenzar por “expandir las
oportunidades de trabajo para quienes se hallan en la parte más inferior de la
sociedad”. Esto significa mejorar la calidad de los trabajos disponibles
aumentando el salario mínimo, estabilización de los horarios de trabajo y
aumentar la responsabilidad para normas de trabajo que a menudo son
voluntarias. Esto también implica una respuesta a la suposición ideológica de
que la gente pobre no está dispuesta a trabajar. En segundo lugar, la política
debe asegurar la inestabilidad de la vivienda, que Shaefer describió como una
causa y consecuencia de la pobreza extrema. “Los padres deben poder criar a sus
niños en un lugar suyo propio”. Tercero, las familias deben ser aseguradas contra
la pobreza extrema incluso cuando los padres no pueden trabajar. Edin y Shaefer
propusieron restablecer y aumentar proporcionalmente los programas de empleo
que eran parte de la Recovery Act 2009 (Ley de Recuperación). Como reportó
Bernstein, “si el armazón de la política antipobreza de Estados Unidos de
América se basa en el trabajo del mercado laboral pagado, y si ese mercado
laboral no proporciona la cantidad o la calidad adecuada de trabajos, las
políticas públicas deben solventar la diferencia”.
Ha sido limitada la cobertura corporativa del
estudio sociológico sobre la pobreza extrema de Edin y Shaefer. A principios de
2012, USA Today publicó un informe veraz de una versión previa de sus
hallazgos, que indicaron que 1,46 millones de familias vivían con menos de dos
dólares diarios por persona. USA Today citó a un profesor investigador senior
de la conservadora Fundación Herritage que refutó los hallazgos de Edin y
Shaefer: “Cuando usted observa ese tipo de familia, usted no ve el tipo de
privación que sugiere este estudio”. Más recientemente, Los Angeles Times
publicó una pieza de opinión de Edin y Shaefer y el New York Times difundió un
comentario favorable al libro de William Julius Wilson en su reseña del
domingo. Wilson, un sociólogo relevante en el estudio de la pobreza, describió
el libro como “un llamado esencial a la acción” y observó: “El aumento de esta
pobreza absoluta desde la aprobación de la reforma del bienestar desmiente
categóricamente todo el discurso sobre las oportunidades y el sueño americano”.
Fuentes:
Marcus Harrison
Green, “1.5 Million American Families Live on $2 a Day—These Authors Spent
Years Finding Out Why,” YES! Magazine, September 24, 2015,
http://www.yesmagazine.org/com.
Jared Bernstein,
“America’s Poorest are Getting Virtually No Assistance,” Atlantic, September 6,
2015, http://www.theatlantic.com/bus.
Estudiante investigador: Rupert Watson (Sonoma
State University)
Evaluador:
Tiffany Scott (Napa Valley College) Fuente: Resumen de Chile