En el
Tedeum por el 25 de mayo, el cardenal primado de la Argentina afirmó que “buena parte de nuestro pueblo no posee
igualdad de oportunidades y carece de
lo necesario para una vida digna”. Advirtió también que “la inequidad genera violencias”.
Para el cardenal Mario Poli “no hay motivos para
hacer fiesta patria cuando buena parte
de nuestro pueblo no se siente invitado, porque no posee igualdad de oportunidades y carece de lo necesario para una
vida digna”. Lo dijo el arzobispo de
Buenos Aires al hablar frente al
presidente Mauricio Macri y sus ministros durante la homilía del acto
de acción de gracias por la patria
(Tedeum) que se celebró ayer en la
catedral metropolitana. Para el arzobispo “las estadísticas veraces
son buenas, porque nos advierten dónde
estamos parados y nos animan a encarar
soluciones” pero no deben hacer perder de vista que “no obstante, los porcentajes invisibilizan el
dolor de las familias que sufren la
postergación y el desánimo, y eso solo se supera por la cercanía fraterna y cordial de otro
argentino”. Cerrando el mismo párrafo
Poli subrayó que “dolorosamente hemos aprendido en nuestra historia que la inequidad genera
violencias”. Las manifestaciones del cardenal porteño cobran especial importancia teniendo en cuenta el silencio
que mantiene en el último tiempo la
jerarquía eclesiástica sobre la realidad social y política, en una jornada en la que también se conoció que
el papa Francisco hizo llegar una carta
personal a Milagro Sala detenida en Jujuy (ver página 9), y el mismo día en que Héctor Aguer, arzobispo de La Plata,
cuestionó el número de 30 mil
desaparecidos y al oficialismo por criticar el
fallo de la Corte Suprema que aplicó el 2x1 para genocidas. “Es la voz
de la Iglesia y la compartimos” dijo el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, tras escuchar al cardenal. “Es un
mandato compartido, no nos podemos
olvidar de los más débiles”, subrayó. “Que la
inequidad genera violencia es un dato de la realidad; nosotros
siempre lo hemos planteado, por eso
trabajamos todos los días para reducirla.
Después de mucho tiempo de fracasos acumulados como argentinos
tenemos que revelarnos de ese destino
que nos agobia y mostrar que tenemos un
futuro lleno de esperanza”, afirmó el ministro coordinador. El Gobierno
estaba advertido de que Poli haría alusión a la situación social en su homilía y en medios eclesiásticos se
anticipaba que así sería dada la
molestia del arzobispo porteño con sus colegas
debido a la falta de pronunciamiento del Episcopado respecto de los problemas que afrontan los sectores más humildes
de la población. De hecho un grupo de
obispos propició una declaración pública de la
Conferencia Episcopal reunida en Pilar a comienzos de este mes, sin
que la iniciativa lograra aceptación
entre sus pares.
El cardenal porteño dirigió un llamado directo
al Gobierno cuando señaló en su homilía
que “todos aspiramos a políticas de Estado,
que sostengan en el tiempo un desarrollo humano, integral y
respetuoso de la Creación, que se
espeja maravillosamente en el territorio
nacional”. No obstante, Poli dijo también que “la solución a
nuestros desafíos internos –algunos lo
llaman deuda social interna–, depende
prioritariamente de nosotros, y para eso es conveniente volver a
confiar y apostar a las reservas
culturales, morales y espirituales de nuestro
pueblo, como así también a su capacidad de trabajo e ingenio científico,
que unido a la perseverancia en las
pruebas, le ha permitido sobreponerse a
tantas promesas incumplidas, fracasos y postergaciones”.
Fuente: Patria Moreira