Por Carlos A. Villalba
El ministro polifuncional y sin cartera del
presidente Mauricio Macri que es Daniel Angelici llegó a la cima del poder
caminando despacito, desde la modestia de su barrio porteño de Villa Soldatti,
donde había radicado un taller mecánico su padre, un obrero italiano llegado
luego de la “segunda Guerra” hasta el centro de una red de acceso a la
información clasificada que obsesiona a Macri para operar contra sus enemigos,
por encima de la legalidad de los medios usados para conseguirla.
El salto le permite en la actualidad ejercer una
fuerte articulación judicial, manejar influencias políticas en la Nación, la
provincia de Buenos Aires y la Ciudad, administrar fortunas desde las que
gestiona acciones de protección de su jefe y de ataque a las figuras elegidas
como enemigos. Desde Elisa Carrió hasta el Indio Solari han estado en su mira,
que es la mira del macrismo, del mismo modo que acomoda sanciones y horarios de
los partidos de fútbol en beneficio de su equipo o favorece el regreso del
Grupo Clarín a la televisación paga del fútbol, a través de la entrega de los
derechos a Fox/Turner.
El camino de la existencia de Angelici tuvo dos
paradas estratégicas. Por un lado la militancia de baja intensidad en “La
Intendencia”, una agrupación de la Juventud Radical que, por contagio, lo
acercaría, ya en épocas universitarias, a la Franja Morada de Derecho de la
UBA, paso necesario para arrimarse a Enrique “Coti” Nosiglia, el dirigente en las
sombras más importante del radicalismo posdictatorial, con vigencia hasta el
presente.
El otro mojón de su recorrido fue el arrojo que,
con 18 años recién cumplidos, lo llevó a vender el Renault 12 que le había
regalado su padre para comprar el 0,5% de la sociedad propietaria de un bingo
ignoto que el panadero barrial decidió instalar junto a otros socios en San
Bernardo. “El Tano” largó todo, la facu, el barrio y los amigos, y se mandó a
la ciudad balnearia
Creció. Desde el irrisorio capital que le otorgó
el automóvil y aquella casi inexistente participación societaria se expandió
hacia otros emprendimientos vinculados también a los juegos de azar, se
favoreció con el boom de los tragamonedas, que el gobierno bonaerense de la
época tomó como variante de los cartones de bingo, y llegó a convertirse en el
“más poderoso” de los empresarios del rubro en la provincia.
Radicalismo y juegos de azar, mixtura que,
además de convertirlo en una figura de referencia para el interior de la UCR
del distrito con más votos del país, le permitió a Jorge Macri sentarlo en 2005
en un café de la ciudad de Pergamino con su primo Mauricio, entonces jefe de
Gobierno porteño, quien necesitó solo el tiempo de la ingesta de un pocillo
para decidir una alianza con el binguero, prendado de su concepción del
“radicalismo PRO” y convertirlo en representante de su propio invento.
Los vientos soplaron a favor. Uno llegaría a la
Presidencia de la Nación en diciembre de 2015; el otro se convirtió -en un
gabinete que carece de calle, roce y militancia- en su ministro multivalente
sin cartera, con influencia decisiva desde el 10 de diciembre de 2015 en la
Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex SIDE), la Inspección General de
Justicia, la Oficina Anticorrupción, el Instituto de Lotería y Casinos de la
Provincia de Buenos Aires, el Ministerio de Justicia y Seguridad de la CABA, la
Policía Metropolitana y los
traspasos de la Federal, además del peso que tiene en la mitad de las
áreas de gestión del Gobierno de la Ciudad.
Esa acumulación de funciones, es decir de poder,
se completa en lo público con su responsabilidad en la articulación con la
Justicia y llega a alturas difíciles de empardar con la presidencia de Boca
Junior, a la que llegó en 2011 de la mano de Macri, la vicepresidencia primera
de la AFA y la inmensa fortuna acumulada como uno de los más importantes
empresarios de juegos de azar en la Argentina, con manejo sobre bingos,
hipódromos y tragamonedas, intereses en cinco sociedades de apuestas y un stud
de caballos de carrera. Por si esto fuera poco, diría alguno de los vendedores
de los colectivos que lo traían desde el Soldati de sus orígenes, junto al ex
militante de Franja Morada y ex titular de la Legislatura, Cristian Caram, es
dueño del restaurante Madero Tango uno de los puntos más convocantes del
turismo internacional que llega a Buenos Aires.
Una morada Franja de Boca
El organizador del “radicalismo PRO” pasó por
encima a todos los boina blanca, siempre apoyado en uno de sus amigos para
siempre, Darío Richarte, miembro del “Grupo Sushi” liderado por Antonio de la
Rúa, subsecretario de Inteligencia en tiempos de la Alianza, ficha del espía
ignífugo Jaime Stiuso, ex vicerrector de la UBA y vicepresidente tercero del
Boca de Angelici, de quien fue suplente en la transitoria conducción de la AFA.
Del filón universitario también capturó al ex
subsecretario académico de Derecho, Sergio Brodsky, abogado especialista en
sociedades a quien convirtió en autoridad máxima de la Inspección General de
Justicia (IGJ), que tiene a su cargo la fiscalización de todas las
sociedades por acciones, las constituidas en el extranjero que hagan ejercicio
habitual en el país de actos comprendidos en su objeto social, establezcan
sucursales, asiento o cualquier otra especie de representación permanente,
sociedades que realizan operaciones de capitalización y ahorro, de las
asociaciones civiles y de las fundaciones, con excepción de las sometidas a la
Comisión Nacional de Valores.
En la propia universidad permanece su ariete y
presidente de la UCR capitalina, Emiliano Yacobitti, ahora como secretario de
Hacienda y Administración de la gestión del rector Alberto Barbieri, que
recibió acusaciones fiscales por negociaciones incompatibles con el ejercicio
de la función pública, lavado de activos, enriquecimiento ilícito,
administración infiel y hasta de malversación de fondos en el Hospital de
Clínicas.
Las “figuras” provenientes de Franja Morada se
repiten, aparecen también en la Casa de los espías y ni qué decir en la
directiva de Boca.
Con el ojo en la SIDE
Daniel Angelici tuvo interés en controlar la
Agencia Federal de Inteligencia (AFI) desde que se llamaba SIDE. Los
informantes que sobreviven allí desde tiempos kirchneristas, consideran a
Richarte y al propio titular de Boca como los “tentáculos del pulpo” Stiuso.
Con Macri ya electo presidente, jugó a fondo para abandonar el segundo plano y
quedarse con el despacho del “Señor 5” del edificio de 25 de Mayo 11, en el
mismo predio que ocupó el hotel en el que José Hernández hilvanara desde marzo
de 1872 buena parte de los versos de “El gaucho Martín Fierro”.
Finalmente, su mentor se inclinó por el
representante de futbolistas Gustavo Arribas, quien aceptó el asesoramiento inmediato de Stiuso,
archienemigo de Cristina Kirchner. Desde la década del 80, Macri y Arribas
sostienen una relación forjada con la camiseta del N° 5 del equipo que el
actual mandatario armaba en la quinta Los Cardenales, con desembarco simultáneo
en el club ribereño en 1995. El Presidente lo incluye en su lista de dilectos y
considera que ese “atributo” lo exime
de las sospechas que hay sobre él por giros por centenares de miles de dólares
desde Brasil a los que relacionan con las coimas de Odebrecht, por los Panamá
Papers, por lavado de dinero o irregularidades en transferencias trianguladas
de jugadores como Martín Palermo, Jonathan Calleri, Cristian Pavón, Carlos
Tevez o Javier Mascherano, en las que se considera que su accionar fue en
representación del titular boquense de esos años, el propio Mauricio Macri.
En simultáneo, empujada por el empresario
Nicolás "Nicky" Caputo, “La Turca” Silvia Majdalani, se constituyó en
la “Señora 8” del espionaje y pasó a ser uno de los nexos de Angelici con “La
Casa”, además de articularse con Francisco Larcher, antecesor en el puesto
durante los años K. Incorporó a Sebastián De Stefano, ficha del boquense, cuya
novia, Silvia Loreley Bianco, quedó al frente del Consejo de la Magistratura de
la ciudad tras la muerte de Enzo Pagani, que también había sido instalado por
el líder xeneize. Otro casillero ocupado en la AFI fue el de la Dirección de
Finanzas, al que regresó Juan José Galea, otro de los protagonistas del
escándalo por el pago de sobornos al Senado en el marco de la ley de
Flexibilización Laboral impulsada por el gobierno de la Alianza de la Rúa,
también cercano a Richarte.
Otro espacio ocupado en la administración del
espionaje argentino por la tropa del abogado de 53 años es la Secretaría de
Asuntos Jurídicos, que quedó a cargo de Sebastián de Stefano, quien quedó al
mando de la relación con el fuero federal de la Justicia, en el que se tramitan
todas las causas de presunta corrupción, también las de IECSA, la empresa de
Macri traspasada de apuro al primo Angelo Calcaterra, que se vio obligado a
transferirla de urgencia a Marcelo Mindlin, presidente de Pampa Energía
y dueño de Edenor.
Por mano propia
Bajo la polvareda generada por el malón que
Macri lanzó sobre la Rosada desde el primer minuto del jueves 10 de diciembre,
se inició una de las operaciones más silenciosas del nuevo comando del Estado,
el retiro fulminante de los pliegos de los reemplazantes de los jueces de la
Corte Suprema Raúl Zaffaroni, quien renunció al cumplir los 75 años de
reglamento, y del dimitido nonagenario Carlos Fayt.
El encargado del trámite fue el recién estrenado
Pablo Clusellas, que pasó del Cardenal Newman a engrosar las listas del
escándalo de los PanaPapers por ser durante una década nexo el estudio Mossack
Fonseca, la firma panameña especializada en crear los cascarones financieros
alrededor del mundo en los que se ocultan miles de millones de dólares mal
habidos hasta recaer en la secretaría presidencial de Legal y Técnica. El
propio diario alemán responsable de la publicación de los datos que La Nación y
Clarín ocultaron en la Argentina hasta que Macri se impuso en el ballotage
contra Daniel Scioli, remarcó tras su asunción que “Una vez más hay noticias
desde el círculo íntimo del presidente de la Argentina y los Panamá
Papers” y “Ahora cae sobre otro amigo de alto rango de los líderes: Pablo
Clusellas, su secretario” Legal y Técnico. (2)
Mientras el también señalado por ser socio de
una de las empresas acusadas de contratar talleres en los que se verificó la
existencia de trabajo esclavo que rodean al mandatario hasta en su alcoba
recuperaba los pliegos, otro influyente sugería la forma del nombramiento de
los dos supremos: Daniel Angelici, hombre “práctico”, propuso la violación de
la Constitución Nacional y el nombramiento de Carlos Rosenkrantz, hombre
vinculado al Grupo Clarín y a La Nación y al santafecino Horacio Rosatti,
por decreto y “en comisión”, un procedimiento solo usado en 1852, cuando la
Argentina aún ni siquiera era Argentina.
El propio ministro de Justicia, Germán Garavano,
se sorprendió al entrar al despacho presidencial y encontrarse con el titular
de Boca; se molestó porque el binguero fue el hombre de consulta para adoptar
la decisión anticonstitucional para la que él fue condenado a oficiar de
vocero. La resistencia política el tamaño del dislate obligaron al gobierno a
hacer marcha atrás y esperar el paso de los nuevos pliegos por la docilidad del
nuevo Senado, ahora tras la estrategia ideada por Rodríguez Simón.
Angelici, mantiene contactos fluidos y
frecuentes con jueces como Ariel Lijo, Claudio Bonadío y María Servini de Cubría y, entre otros fiscales, con Gerardo
Pollicita Carlos Stornelli o Raúl Pleé, todos relacionados con las principales
causas que la Casa Rosada y los medios de mayor tirada nacional empujan contra
Cristina Kirchner y sus funcionarios.
La importancia de Lijo se potenció a partir de
la decisión de Macri de transferir por decreto a la Corte Suprema la
competencia sobre las escuchas solicitadas por los jueces y arrasar los
avances que implicaron la reforma de la ex SIDE y la creación de la Agencia Federal
de Inteligencia (AFI) y el Departamento de Interceptación y Captación de las
Comunicaciones (Dicom) bajo la órbita de la Procuración y depositar la tarea en
manos de un departamento de la Justicia, a cuyo cargo impusio a Juan Tomás
Rodríguez Ponte, hijo del intendente macrista de General Lavalle y, más
importante aún, ex secretario del juez que removió la denuncia póstuma de
Nisman contra CFK.
El empresario del juego cuenta además con otra
pareja de "soldados" fundamentales para ejercer influencia sobre la
“familia” judicial; se trata de Juan Bautista e Ignacio Mahiques, representante
del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura el primero, fiscal federal
el segundo, encargado de acusar a Cistina Kirchner de "defraudación contra
la administración pública" y "negociaciones incompatibles con la
función pública. Un tercer e hermano, Esteban, también fue conchabado en la
cartera. Son hijos de Carlos, el primer ministro de Justicia de María Eugenia
Vidal, que debió eyectarlo por sus posiciones medievales frente a los derechos
de las mujeres; sin embargo, el cuadro del Opus Dei recaló en la estratégica
Cámara de Casación Penal.
Otro de los tentáculos del multioperador,
depositaron en la Ciudad Autónoma a Martín Ocampo, donde ya ocupa el cargo
de ministro de Justicia y Seguridad.
Controladora sin título
Insospechada para casi todos es la relación de
Angelici con la actual secretaria de Ética Pública, Transparencia y Lucha
contra la Corrupción, Laura Alonso, con quien se relacionó al solicitar
la fiscalización de las elecciones en Boca a
Poder Ciudadano, organización de la que ella era directora ejecutiva, gracias a
la cercanía que tenía con su marido, el también radical Ernesto
"Larry" Ochoa, su socio en empresas como Empoyando SA y en Tecno Azar
SA, dedicada al soporte informático de bingos.
La carrera de la politóloga de 45 años saltó
hacia la política y de acusación en retractación no se detuvo más. Quinto lugar
en la lista del PRO en la Ciudad en 2009, primera en la de 2011 y secretaria de
Estado desde diciembre de 2015, gracias a la recomendación de su padrino y al
decreto 226/15 por el que Macri anuló la obligación de ser abogada para cubrir
el cargo donde dejó dormir la causa contra Angelici por “corrupción” en Futbol
para Todos.
Su pareja trabaja desde marzo del 2014 en el
Consejo de la Magistratura de la CABA, en donde se lo considera un operador de
su responsable político, aunque en lo formal revista como “Coordinador de
Servicios en Días y Horas Inhábiles”, una posición creada al efecto.
Policiales
Los garfios de Angelici también se clavan en las
estructuras policiales relacionadas con la CABA, en las que tuvo influencia en
la designación de sus jefes y en el traspaso de los federales de Nación al
distrito.
El escritor y periodista especializado en
crónica policial Ricardo Ragendorfer acaba de publicar una de las notas más
completas sobre el particular en la digital revistazoom.com.ar, donde al
presentar “Los verdaderos jefes de la policía” asegura, por ejemplo, que “las
desventuras de (el primer jefe de la Policía de la Ciudad, José
Pedro) Potocar, a su vez, involucran la figura de Angelici, el gran
titiritero de la Policía de la Ciudad, entre otros tráficos de influencias”, y
responsable de la llegada del comisario hoy procesado a la butaca, a pesar de
que el grueso del arco político porteño demandaba un civil al mando de la
Metropolitana.
Ragendorfer le pone pimienta al tema al señalar
que “el desplome de Potocar sería un efecto colateral de la aversión que siente
Elisa Carrió hacia Angelici. Quienes sacan a relucir dicha creencia se basan en
una circunstancia conexa: el muy afectuoso vínculo entre la diputada y el
fiscal acusador del policía, José María Campagnoli, a quien ella promueve como
Procurador General de la Nación o, en su defecto, para el cargo de Ombudsman,
además de ubicar a su hermana, Marcela, en la lista de candidatos a diputados
de la Coalición Cívica por la provincia”. (3)
No se olvida de sumar efectivos a la tropa del
multioperador de Macri destacando que “el ministro de Seguridad (de la Ciudad),
Martín Ocampo, es como un vástago putativo suyo. También lo fue el comisario
Guillermo Calviño, el antiguo jefe -hasta diciembre de 2016- del sector de la
Federal absorbido por el Gobierno porteño. Éste era el candidato más nítido para
encabezar la nueva Policía de la Ciudad, pero su vidrioso prontuario -que
incluye una denuncia por encubrir el asesinato de dos barrabravas de Boca y una
acusación por facilitar la fuga de un secuestrador- le abrió el camino a
Potocar. Tal vez éste no pensaba que su vínculo con Angelici lo llevaría al
infortunio”.
Zar sin Indio
Con intereses en cinco sociedades de apuestas,
la propiedad sobre Gambling TV -primer canal argentino dedicado al tema- y un
stud de caballos de carrera, Daniel Angelici es uno de los empresarios más
importantes de juegos de azar del país.
Su azaroso imperio dio sustento a las
operaciones que realizó a partir de sus relaciones con el radicalismo y la
Universidad de la Franja Morada, hasta que llegó primero su desembarco en la
Ciudad y luego en Nación y Provincia de Buenos Aires, donde puso una de sus
fichas al frente del Instituto Provincial de Lotería y Casinos, el empresario
futbolístico Eugenio López Melitón.
Melitón, que también compartió universidad con
la gobernadora María Eugenia Vidal, tuvo que irse de Provincia, con el Código
Penal de la Nación acechándolo con figuras como las de encubrimiento de activos
procedentes del lavado de dinero, acciones ilegales en el negocio del fútbol o
utilización de sociedades off-shore para evadir declaraciones ante la AFIP.
Antes, sin embargo, tuvo tiempo para valerse de su subalterno Marcelo Tierno,
administrador del Hipódromo de Tandil, para impedir el recital del Indio Solari
en la ciudad de las sierras y los salamines. Así comenzó la peregrinación
ricotera hasta Olavarría, donde tuvo lugar el recital de ribetes trágicos. (3)
Otras movidas no le salieron tan bien. Su
contador, Ángel Guidoccio, apoderado y estrecho colaborador en Boca, con varias
sociedades compartidas dentro y fuera de la industria del juego, quedó en la
mira de la justicia penal cuando la AFIP destapó una red de usinas de facturas
truchas, a través de las cuales se evadieron más de $ 1500 millones en dos
años, eludiendo pagos por impuestos a las ganancias y al valor agregado.
En ese marco se registró una decena de
allanamientos en el estudio de quien maneja la contabilidad de Angelici y en
otras oficinas y domicilios particulares, donde se encontró documentación en
base a la cual la justicia construye las figuras presuntas de “evasión
tributaria agravada” y “asociación ilícita fiscal”. Balas que pican cerca,
aunque cerca de alguien muy amurallado.
Duerme con el enemigo
El presidente del “millón de amigos” dio
muestras de su culto a las relaciones afectivas. Además de llenar los
casilleros del Estado con Ceos y gerentes de empresas relacionadas con su Grupo
SOCMA, se rodeó de la muchachada del
Cardenal Newman de su juventud, mantuvo abierto los grifos de la obra pública
hacia las fauces de la empresa de su primo sospechado de testaferro y de los
hombres de la vida –y de Boca- más cercanos a sus decisiones presidenciales.
“El Tano”, es uno de ellos.
Sin embargo, el zar del juego argentino, así
como corona espacios y despachos sin descanso, suma enemigos de fuste, desde
ministros que sienten que les pisan los cayos de sus funciones específicas
hasta la denunciadora con prensa Elisa Carrió, quien lo acusó de formar parte
de una “mafia” y lo ubicó como "uno más en la larga tragedia nacional de
operadores y vínculos promiscuos entre operadores políticos, la justicia, los
servicios de inteligencia y los clubes de fútbol".
Aunque se encuentra en pleno apogeo, en los
últimos tiempos Daniel Angelici perdió su principal ficha policial, le trabaron
la construcción de la “superbombonera” en Casa Amarilla, cuyos lotes lindantes
ya había escriturado a su nombre, y se quedó con menos peso en el Consejo de la
Magistratura.
A veces, la declinación de una estrella adelanta
el futuro de todo el sistema.
(*) Psicólogo, periodista e investigador argentino.
Investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico
(1)
http://radiocadenanacional.com.ar/2016/12/25/un-delgado-cordon-molesta-a-macri/
(2)
http://revistazoom.com.ar/los-verdaderos-jefes-de-la-policia/
(3) http://www.nuestrasvoces.com.ar/mi-voz/macrismo-indio-solari/
Fuente: Gentileza del autor para los lectores de Utophia